martes, 25 de octubre de 2011

Before I'm dead

Cuando los cascotes de los antiguos esquemas de tu vida se precipitan sobre ti y por mucho que huyas los girones y retazos de tu vida anterior te persiguen como acosadores omnipresentes, comienzas a plantearte muchas cosas.

Al igual que los agradecimientos, las despedidas, las críticas y la extroversión, yo odio de forma muy visceral  la retrospección. No me gusta regodearme en el pasado, andar sobre mis pasos, ver mis tropiezos, mis aciertos, mis victorias o derrotas. Lo que ya ha sucedido no es modificable, por lo que considero una gran pérdida de tiempo el invertir energía en ello.

Pero hoy tengo más cosas que estoy dispuesta a perder además de mis energías...

Si ahora, en este preciso instante se me aparecieran las mismísimas Moiras y me dijeran que es la hora de subirme a la barca de Caronte, no podría evitar ponerme los zapatos más escandolosos que encontrara y pararme a pensar en lo que todos estos años me ha sucedido, todo lo que me han aportado, todo lo que las personas me han dado, quitado, sugerido, inspirado...supongo que es digno de agradecer.



2 comentarios:

  1. Yo también me he acordado más de una vez de mis cagadas y de mis cosas buenas del pasado, y creo q todas han sido por algo bueno.
    Si que son dignas de agradecer.
    Me gusta mucho¡¡¡¡¡¡¡

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  2. Es como la historia. Debemos conocer el pasado, entenderlo y analizarlo para no cometer los mismos errores en el futuro. Es cierto que duele, que es molesto y que puede convertirse en sarna. Pero es necesario.

    Sin llegar a caer en el fustigamiento personal, que no es sano, creo que es bueno sentarse, tomarte unos segundos, minutos... horas, respirar hondo y recordar. Aunque muchas veces, en mi caso la mayoría, no te vaya a gustar lo que se despierta en tu cabeza.

    un beso

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