martes, 29 de noviembre de 2011

Déjà vu



Repitiendo los patrones del pasado, remendando los girones de sus crueles recuerdos.

La memoria es un regalo autoimpuesto,  irrechazable, que te sigue y castiga sin ningún tipo de medida o piedad.

Resulta curioso como la historia se repite una y otra vez cuando tienes una lección que aprender, algo que solucionar… pero ¿qué sucede cuando aquello que tienes que aprender implica la destrucción de algo de lo que no te quieres desprender?

El tic tac del reloj me apremia, siempre me persigue allá dónde vaya; y condenada a repetir las mismas historias con diferentes personajes noto como el tiempo se agota junto a mis ganas.



Y entre tedio y manecillas yo sigo buscando ese gran motivo que me vuelva a hacer amar las historias de final abierto.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

NEOcyberpunk

Estreno cabecera de blog, única, especial, preciosa.

Hecha para mí, a medida, con todo a mi gusto, tal como lo imaginé en mi cabeza.
Jorge Plaza, el autor de esta maravilla distópica, la persona que mejor me ha querido, comprendido, apoyado y acompañado a lo largo de los ultimos ocho años de mi vida (buff cuantos ya), ha vuelto a clavarlo y a dejarme con la boca abierta y los ojitos brillantitos.

Tu talento brutal y tus ganas de constante mejora, tu autocrítica que siempre es la más dura y despiadada, tus ganas de complacerme, de hacerme feliz, de consentirme todos mis caprichos aunque te lleven meses...y una larga lista de cosas que me encantan de ti, hoy vuelven a hacerme sonreír como si volviera a tener cinco años.
Somos personas tan iguales que parecemos hechas con el mismo molde reciclado, tan cabezotas, tan creativos, tan apasionados, tan entusiastas, tan soñadores, tan dificiles de llenar salvo por nosotros mismos, y así ha sido siempre desde el día que nos conocimos; cuando tu ibas con tus pelos de loca larguísimos, tu ropa horrible, tu bolso, tus chapas, tu botella de vino escondida en el abrigo y cantándome Join me al oído. Siempre hemos sabido, hasta en los momentos en los que nos tirábamos de los pelos, que nuestros caminos no es que estuvieran unidos, si no que siempre ha sido el mismo.
Te quiero.
 
Muchas gracias por este maravilloso regalo que hace de este blog por fin, un lugar digno de visitar.

martes, 22 de noviembre de 2011

Negativo quemado

Bienvenido al infierno de nuestro descontento.


A la laguna del olvido, al desierto del silencio.


Ya no hay cuentos para soñar ni canciones para dormir. Las hadas murieron porque ya no creemos en ellas, las luces y puertas automáticas no funcionan, no detectan nuestra presencia.


Solo hay hielo seco, mentes carbónicas y palabras que no dicen nada.


Fotogramas perdidos y negativos quemados, todo en mi mundo siempre es cíclico y si bien mis cupos son fáciles de llenar, más fácil suele ser quererme sin saber muy bien porqué.


En lo etéreo de nuestros sueños, en la debilidad enfermiza de nuestros impulsos seguimos sin poder consentirnos ser felices.


Sabes que si decides ahogarte me sentaré a contar las burbujas.


Sabes que si decides arder, veré tu cuerpo en llamas y seguiré lamiéndote cuando acabes.


Y sabes que nunca me importará de quién sea la culpa solamente te odiaré a ti.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Te miro y tiemblo.

Te di mi sangre,

te di mi cielo,

te abrí la puerta

de mi secreto.



Te di mi alma

y tú tus besos,

y ese veneno

de efecto lento



Te miro y tiemblo...



Dónde está el fuego,

llegó el invierno,

dónde has escrito

nuestro último verso.



Cómo está el río

tranquilo y seco,

cómo borrarte

de mis recuerdos.



Te miro y tiemblo...



Te di mi sangre

y tú tus besos,

cómo negar que

aún te venero.

martes, 15 de noviembre de 2011

Nudos de cereza.

Ya noto que se está quemando,

un impulso que se esconde,

impaciente en los bolsillos,

al mirarte lo que llena tu camisa cuando notas,

mi aliento en tus oídos.

Algo oscuro se estremece,

y algo crudo se protege.



Y aunque tu sabes bien que la vida,

es todo conocerse,

quiero lamerte, suplicarte.

Ver la sombra que proyecta cada poro de tu cuerpo,

dibujado en las cortinas, se desliza por encima,

de saliva y terciopelo.



Si yo te giro para verte y el humo me intoxica,

recorriendo los caminos, respirando los latidos...



Sé que deseas hacerme cosas, como nudos de cereza,

navegando de tu boca hasta el centro de la tierra.



                                                                                                                                   Audrey.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Immortal Beloved

"He cruzado océanos de tiempo para encontrarte"





Hoy me han preguntado que habría que decir a una chica como yo para captar su atención y conseguir que se dignara a quitar su perpetua cara de desprecio y dejarse llevar. Bien, pues sin duda alguna tendría que ser algo así, algo como lo que dice el grandioso Oldman en su papel de Drácula de Bram Stoker.

Difícil asunto entonces...

El amor artístico, el generado en la literatura, en el cine o en la música ha dejado el listón tan alto que el amor de verdad, el que se vive en el mundo real, parece un trapo de mercadillo. Ya que en esos mundos los amantes consumidos parecen hacerlo todo perfecto, tener las palabras adecuadas, las manos entrenadas y la vida entera para dedicarla a amar a la chica...ojalá fuera así de fácil.

No obstante yo que reniego públicamente del pasteleo, el romanticismo clásico y los delirios de amor bajo la lluvia (siempre tiene que estar el amante desesperado bajo la lluvia ¡por Dior!) no puedo evitar suspirar y desear fervientemente un amor de película de años 50, un amor de sonata de Beethoven, de poema de Bécquer, de canción de HIM.

El problema viene cuando ya no puedes distinguir la realidad de la ficción, cuando crees que ese amor se puede trasladar al mundo real, que puedes hallar a un Vlad, Ludwig, Jack Skellington, Lorca o a un Romeo y sólo encuentras a un atajo de chicos que por mucho que lo intenten y hagan lo que buena puedan, seguirán siendo solo Pablo, Óscar, Leo...y puedes o conformarte y serles mentalmente infiel con aquellos amantes ficticios que encuentras en las letras o las imágenes, o continúas buscando la excepción que confirme la regla.

Nos deseo buena suerte.



 

 Hubo un tiempo... ¿recuerdas? su memoria
vivirá en nuestro pecho eternamente...
Ambos sentimos un cariño ardiente;
El mismo, ¡oh virgen! que me arrastra a ti.
¡Ay! desde el día en que por vez primera
eterno amor mi labio te ha jurado,
Y pesares mi vida han desgarrado,
pesares que no puedes tú sufrir;
Desde entonces el triste pensamiento
de tu olvido falaz en mi agonía:
Olvido de un amor todo armonía,
fugitivo en su yerto corazón.
Y sin embargo, celestial consuelo
llega a inundar mi espíritu agobiado,
hoy que tu dulce voz ha despertado.
Recuerdos, ¡ay! de un tiempo que pasó.
Aunque jamás tu corazón de hielo
palpite en mi presencia estremecido,
me es grato recordar que no has podido
nunca olvidar nuestro primer amor.
Y si pretendes con tenaz empeño,
seguir indiferente tu camino...
Obedece la voz de tu destino,
que odiarme puedes; olvidarme, no.
                                            
                                     Lord Byron.