martes, 23 de octubre de 2012

Arcoiris


Yo no necesito velocidad,
sólo que me sonrías al verme llegar.
No necesito zapatos, ni objetos brillantes, ni nada que mi dinero pueda comprar.
Mi superficialidad es sólo un juego al que me entretiene jugar.
No quiero compasiones, ni que me dejen ganar.
No me pidas paz, porque si lo haces, yo más te declararé la guerra.
Puestos a rechazar, no quiero que me mires de reojo y luego no te atrevas a decirme aquello que ambos ya sabemos.
Y si tras mi tormenta llegó tu calma,
necesitaré que me saques a pasear y saltar de charco en charco, hasta hacerme recordar, que juntos somos el arcoiris de esta gran ciudad.

jueves, 18 de octubre de 2012

Blanco



Traicionada.
¿Cómo podías convencerme?

Ante mi ira, no me atacaste, ni te defendiste.
Sacrificando lo que más amaba, para convencerme.
Para hacerme seguir tus pasos.
Para llevarnos a casa.

Porque no hay amor mas grande que el de la entrega.

Y ahora estamos juntos,
ya no vagaremos más a la aventura.
Regresaremos a casa.
 
Ya estoy convencida.

Y todo quedará bajo el cielo...



martes, 9 de octubre de 2012

La mirada infinita


Te sacaría  los ojos sólo por el placer de tenerlos en mi poder.
Te arrancaría el corazón para asegurarme de que me pertenece sólo a mí.
Te enjaularía y me injertaría la llave debajo de la piel, para que ninguno de los dos pudiera volverla a coger.
Masticaría mi orgullo y perdería la poca vergüenza que me queda si con ello consiguiera hacerte sonrojar.
Si decidieras arder, tragaría gasolina para que te incendiaras dentro de mí.
Y haría estremecer cada centímetro de tu ser y sabes que arrullaría cada capricho hasta convertirlo en mi necesidad.
Haría cualquier cosa que supiera que te hiciera feliz; me entregaría a mí, mi bien más preciado y la perpetuidad sería nuestro nuevo mantra.
A cambio solo quiero que jamás me prometas nada, que me pertenezcas como forma de vida y que me observes siempre con ésa mirada infinita.


Quítate la ropa que voy a por esa llave...







viernes, 5 de octubre de 2012

Painful pleasure


Comienza incluso antes de que tus terminaciones nerviosas empiecen a enviar señales al cerebro.
La sola idea de su llegada.
La imaginación basada en la expectativa.
Y la ya dilatada experiencia, hacen que comiences a liberar serotonina y que rezumes endorfinas por cada poro de tu piel.
Es casi un estado mental, que roza fugazmente la felicidad.
El dolor es sin embargo, la oveja negra de la familia del placer.

Y cuando llega, cuando por fin lo sientes, tus niveles se disparan, casi se podría decir que tus pupilas se dilatan, tu vello se escarpia y solo puedes esbozar una enorme sonrisa satisfecha.

"Pero házlo lento, muy lento, dejáme disfrutar de este momento"

Al igual que las drogas, las buenas drogas, las que de verdad enganchan, su efecto es rápido y muy fuerte pero su extensión en tiempo no dura ni una cuarta parte de lo que desearias. Casi como un orgasmo. Por lo que no tardas mucho en querer repetir.

Y cuando el momento de éxtasis se esfuma, te quedas a solas con él, con el dolor que insistentemente te recuerda lo viva que estás.

"Volveré"

jueves, 4 de octubre de 2012

Vencedor

Aunque creas que has ganado esta vez,
he sido yo la que te ha vencido.
Como siempre.

Puede que en cada derrota encubierta te crezcas, confíes en tus facultades y creas que me acorralas.
Quizá me interese que pienses así.
Salirme con la mía es más divertido cuando no es tan evidente.

Y aunque no todo salga como deseo,
espero que empieces a hacer buenas jugadas para terminar ganándome, pero de verdad.

A ver como te portas.





Pd: sigue pensando...

martes, 2 de octubre de 2012

Viral


En nuestra primera vez, lucías esa media sonrisa burlona.
Se notaba que tus ojos tímidos se divertían.
Me mirabas hasta hacerme enloquecer.
En el momento más oscuro, en medio de mi cabreo y mi falta de respeto absoluto por todos aquellos que son como tú, me cogiste de la mano y me mostraste un camino que jamás había andado.
Y has sido como virus, que lentamente ha sorteado mis defensas y te has apoderado de mi organismo.
Donde todos cayeron, tu prevaleces.

Contágiame, me dejaré.

Que la fiebre surque y recorra para centímetro de mi cuerpo y me haga estremecer.
Y te dejaré seguir el recorrido de mi sudor, hasta adentrarte más y ser mi principio y mi final.
Porque eres mi virus.
Y ya no quiero curarme.